Ni invasión imperial ni ética protestante como polinizadora de un nuevo capitalismo: los grupos evangélicos tienen una densa historia de implantación y despliegue político de la que es necesario topar cuenta, de modo panorámica, para entender tanto su presente como la sensibilidad movilizada que alimenta a formaciones políticas de derecha, o como las contingencias que en el pasado les permitieron un esparcimiento plural.
Veamos ahora las razones de esa transformación en el campo religioso. La primera es que la noción de Ahora de los dones del Espíritu Santo se conecta muy fácilmente con nociones propias de la sensibilidad religiosa de la anciano parte de las poblaciones de sectores populares de América Latina. Para estos sectores, es esencia la categoría de asombro, a la que la noción de «actualidad de los dones del Espíritu Santo» le da traducción y potencia. El maravilla, que en una observación secularizada es algo extraordinario y posterior a todas las razones, es en esta perspectiva «popular» una posibilidad primaria y preliminar a toda experiencia. Esta sensibilidad encantada es mucho más interpelada por la perspectiva de la teología pentecostal y sus adaptaciones locales y contemporáneas que por cualquier teología católica, que hace enormes concesiones a la ciencia y a toda una dependencia de dominios eclesiales que son necesarios para distinguir como milagro lo que en las iglesias pentecostales ocurre todo el tiempo.
La finalidad fundamental de los miembros de las órdenes y congregaciones es salvar su propia alma y ser ejemplo salvífico para toda la sociedad con su pobreza, castidad y obediencia, vividas conforme al carisma específico de la constitución de cada orden o congregación.
Los acontecimientos significativos y las figuras influyentes marcaron el evangelicalismo en los siglos XIX y XX. Los Grandes Despertares, una serie de avivamientos religiosos en los siglos XVIII y XIX, tuvieron un impacto duradero en el evangelicalismo, y condujeron al crecimiento de las creencias y prácticas evangélicas en América.
Órdenes religiosas de derecho diocesano: dependen del obispo de la diócesis en la que han sido reconocidas.
Por otra parte diversos medios trataron de ridiculizar el movimiento, a lo que se añaden flancos de examen, aunque fuera desde la Iglesia mayoritaria en el país y desde las clases gobernantes, que en el centro del país Adicionalmente son propietarios de la longevo parte de las tierras agrícolas de los campos chilenos, donde no tardarán en comenzar a conservarse los efectos del avivamiento.
Los pentecostales creen en la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo, que se manifiesta a través de la evidencia del departir en lenguas y otros dones espirituales, como la profecía y la sanidad divina.
En el catecismo, se define Iglesia como todas aquellas personas que son convocados y eventualmente reunidos, como pueblo, desde todas las zonas de la tierra.
El Cisma de Oeste afectó a la Iglesia católica desde 1378 hasta 1417 y provocó fuertes tensiones y el surgimientos de ideas de tipo conciliaristas, según las cuales un concilio podría tener más autoridad que el papa en algunos puntos.
Por otra parte de todo lo expuesto tenemos que subrayar que el término que nos ocupa aún es utilizado conjuntamente con otras palabras para especificar un poco más el concepto.
El pentecostalismo es una rama del cristianismo que hace hincapié en la obra del Espíritu Santo en la vida de los creyentes. Hace mucho hincapié en las experiencias espirituales personales, como charlar en lenguas y la curación divina, y en la interpretación igual de las Escrituras.
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En esos casos, la estructura de atribuciones simbólicas que otorga a las religiones una especie de honestidad anticipadamente
El evangelicalismo hace mucho hincapié en la conversión personal, here pues cree que los individuos deben tomar una decisión consciente de aceptar a Jesucristo como su salvador. Para ello es fundamental el concepto de "nacer de nuevo" mediante la Confianza, en el que los individuos experimentan una transformación espiritual y se comprometen a vivir según las doctrina de Jesús. Los evangélicos dan prioridad a compartir su Certidumbre con los demás y a participar activamente en la evangelización personal y la divulgación.